lunes, enero 16, 2012

Las letras de la Ilustración


INAUGURACIÓN EXPOSICIÓN LAS LETRAS DE LA ILUSTRACIÓN
Del 17 de enero al 25 de marzo de 2012
Biblioteca Nacional, Madrid

Desde este martes hasta el 25 de marzo se podrá disfrutar en la Sala de las Musas de la Biblioteca Nacional de la exposición: Las letras de la ilustración. Edición, imprenta y fundición de tipos en la Real Biblioteca, en la que se hará un repaso a la imprenta que funcionaba en la Biblioteca Nacional desde casi su fundación y gracias al empeño del bibliotecario mayor, Blas Antonio de Nasarre. Gracias a esta muestra podremos saber más de esta imprenta y, además, ver algunos objetos importantes como los tipos realizados a propósito para la Biblioteca Real.
La muestra trae consigo un programa de actividades consistente en la realización de conferencias de especialistas que reflexionarán sobre la imprenta, la edición y la tipografía, entre ellos, Albert Corbeto [Academia des Bones Lletres] o Marina Garone Gravier [UNAM]

Un poco de historia
(extraído de la página de la Biblioteca Nacional)

Pese a que la edición de libros no era una de las tareas que reglamentaba el funcionamiento de la Real Biblioteca, lo cierto es que prácticamente desde su fundación se encargó la impresión de algunas obras. Pero aunque las primeras tareas editoriales fueron reimpresiones de libros de gran éxito comercial cuya venta proporcionaba unos ingresos suplementarios, pronto se planteó la posibilidad de realizar proyectos de mayor envergadura.
Todos los primeros trabajos se habían impreso en el taller de Francisco del Hierro, pero el bibliotecario mayor, Blas Antonio de Nasarre, quiso que la Real Biblioteca tuviera su propia imprenta. Para cumplir su propósito alquiló una casa en la Calle del Espejo, acondicionó el local con varios arreglos y adquirió dos prensas y varias fundiciones. Sin embargo las obras de mayor envergadura se encargaron a otros establecimientos, mientras que en la imprenta de la biblioteca tan sólo se realizaron trabajos menores.

Pero la política editorial de gran alcance y auténticamente renovadora se materializó con Juan de Santander, el sucesor de Nasarre, quien se rodeó de un nutrido grupo de intelectuales, entre ellos especialistas en griego, árabe y hebreo, que colaboraron en los varios proyectos de la Real Biblioteca. Santander se preocupó también por disponer de una imprenta propia para editar las obras de la institución, y aunque continuó trabajando con otros impresores, como Antonio Pérez de Soto, Francisco Javier García, Joaquín Ibarra o Antonio Sancha, estableció un modesto taller, que fue regentado por Andrés Ramírez, en el que se imprimieron varios libros. Conocedor de los problemas endémicos que habían afectado al sector, el bibliotecario mayor, Juan de Santander, decidió actuar contra el que consideraba era el principal obstáculo que dificultaba el desarrollo de la imprenta española: la escasez de tipos de imprenta. Resuelto a cortar la tradicional dependencia del material extranjero, insistió en su iniciativa de fundar un obrador de fundición como paso necesario para el buen funcionamiento de la imprenta anexionada a la Real Biblioteca, y con la voluntad de que a la larga debería permitir también el poder abastecer con tipos de calidad a un amplio número de talleres de imprenta.

Inicialmente compró varios juegos de antiguas matrices de entre las que poseían los fundidores locales, pero pronto quedó convencido de la imposibilidad de formar una colección coherente juntando el escaso material tipográfico existente en el país. Condicionado también por la política proteccionista impuesta por Carlos III, que hubiera hecho del todo inconveniente proponer la adquisición a un precio muy elevado de los materiales necesarios en el extranjero, Santander optó finalmente por realizar todo el proceso en España.
Para llevar a cabo esta difícil comisión se recurrió a Jerónimo Gil, artista formado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, a quien se le encomendó la fabricación de nuevos punzones y matrices para crear diversos grados de caracteres, así como al prestigioso calígrafo Francisco Javier de Santiago Palomares, que realizó tareas de asesoramiento en la concepción formal de los caracteres de la Real Biblioteca.

Lugar de celebración
Sala de las Musas
Biblioteca Nacional de Madrid
Paseo de Recoletos, 20-22
28071, Madrid

No hay comentarios: