jueves, junio 03, 2010

Tus labios reescriben la Historia


La curva delle tue labbra
riscrive la storia.
Graffiti anónimo.
Verona, 2-6-2010.

A pocos metros de la Piazza Erbe y no muy lejos del Anfiteatro Romano, más conocido como La Arena, donde cada verano se celebra uno de los más importantes festivales de ópera europeos, se encuentra la Via Cappello, una de las más concurridas de Verona, repleta de casas típicas de piedra deslucida, con balcones y ventanas de madera. Entre todas esas casas, hay una que podría perfectamente pasar desapercibida, pues llaman mucho más la atención aquéllas que la rodean y conservan aún impresionantes frescos renacentistas en sus fachadas. Sin embargo, la historia que en ella reposa la ha hecho famosa en todo el mundo. El ingenio de Shakespeare contribuyó a que el drama de dos jóvenes enamorados de familias enfrentadas de por vida se convirtiese en una de las historias de amor más conmovedoras y difundidas de la literatura universal.

A día de hoy, la Casa de Julieta es el atractivo turístico por excelencia de la ciudad. Los turistas se agolpan en su puerta colapsando la entrada al patio para hacerse la foto de rigor en el balcón desde el que la joven escuchó a Romeo declararle su amor, sin duda la escena más conocida de la obra. Pero el balcón no es ni mucho menos lo que más sorprende a quien por primera vez visita la casa. Todos y cada uno de sus rincones están repletos de mensajes de amor. Algunos son recientes, otros llevan años allí, otros se han desvanecido por el paso del tiempo. Han sido escritos sobre multitud de soportes. Pequeños trozos de papel, post-it, servilletas, pegatinas, tiritas, billetes de tren o de avión, envoltorios diversos se enfrentan por conseguir su lugar en los muros. Es interesante ver cómo están en constante movimiento. Manos que vienen y van los cambian de sitio, los tapan, los superponen o los esconden. Pero aunque esta es la tónica general también hay quien elige a propósito un papel especial y una tinta más llamativa. O incluso quien prefiere algo más duradero que el papel y decide apoderarse de las paredes, escalones, arcos, puertas y ventanas.

Y aunque al mirar toda esa amalgama de mensajes uno pueda pensar que no son más que palabras cursis encerradas en corazones irregulares, en el fondo, que cientos de personas repitan el mismo gesto día a día, desde hace años, demuestra que el amor sigue y seguirá moviendo el mundo, reescribiendo la historia.
V.

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